Lluvias florecen a Tenabo tras la sequía
Las primeras gotas no solo mojaron la tierra: también humedecieron los ojos de quienes han luchado por años contra la sequía. En el municipio de Tenabo, al menos 55 ganaderos miran al cielo con gratitud y respeto, pues el Dios “Chac” les cumplió tras meses de incertidumbre.
Como resultado, Ezequiel Moo Tun, líder de la Sociedad Ganadera del municipio, reveló que, los pastos reverdecieron, los árboles se llenaron de vida y el hato, es que parecía flaquear, hoy camina con fuerza. Los aguaceros recientes han traído algo más que humedad: han devuelto la certidumbre a un sector que vive del pasto y de la fe.
La siembra de zacate alambrillo, el rebrote natural de los campos y la vitalidad del entorno son señales de que, al menos por ahora, los ganaderos pueden respirar. Son más de 4,500 animales los que hoy comen mejor, se mantienen sanos y representan el sustento de decenas de familias que no bajaron los brazos.
“No somos muchos los que seguimos apostando al campo, pero sabemos que vale la pena”, dice Moo Tun mientras vigila los potreros. Desde hace años, en municipios costeros como Tenabo, los ganaderos han tenido que aprender a resistir: comprando pacas en tiempos duros, aplicando vitaminas al ganado, y anticipándose a enfermedades que ya han afectado a otros municipios.
Reiteró que esperan que las lluvias sigan abundantes, pues son garantía de alimento para el ganado, de salud para el campo y de estabilidad para las familias que dependen día a día de lo que crece en la tierra. La lluvia les da fuerza para seguir apostando por la ganadería, aún con los retos que implica. Porque cuando el cielo responde, el corazón del campo late con más esperanza.